Francia: París - Los primeros años de la torre Eiffel (Segunda parte)

Buenas tardes a todos/as,

Hoy seguimos con la la siguiente parte de lo que nos comentaba Sergio que es muy interesante.

Los primeros 5 meses fueron solo para los cimientos. Cualquier proyecto importante, sobre todo si es grande, necesita unas buenas bases. En el caso de nuestra amiga metálica, al estar junto al rio Sena hubo que profundizar mucho para darle estabilidad a una estructura de ese tamaño. Y a partir de ahí se empieza a levantar madeimoselle Eiffel, con sus 312 metros está formada por más de 18 mil piezas y 2 millones y medio de remaches. Se emplearon a más de 150 trabajadores, muchos de los cuales eran italianos, y a quienes me gusta imaginarme como Super Mario y Luigi subiendo y bajando a saltitos por la estructura de la torre.

El futuro de madeimoselle Eiffel no estaba claro una vez que termino la Expo de 1889. El plan era derribarla una vez terminase la concesión de 20 años que había firmado papá Eiffel para la ejecución de las obras; y por si esto fuese poco, en vísperas de la Expo de 1900 en Paris, se presentaron proyectos de reconstrucción para enmascararla de alguna manera, disfrazándola o incluso construyendo una colina sobre ella. Un desastre.  

Gustave Eiffel, además de ser hombre de negocios muy inteligente, era un apasionado de la ciencia. Ante la perdida de interés del gran público por la torre tras la Expo de 1900 y el inminente final en los hornos de fundición de la dama de hierro, a monsieur Eiffel se le ocurre la idea convertirla en centro de investigación científica y que su gran altura no fuese útil simplemente como una atracción turística. 

Se comenzaron a hacer experimentos de física, después se incorporaron las telecomunicaciones inalámbricas y con esto se asentó definitivamente, hasta el punto de que ya nadie puede imaginarse Paris sin ella. En 1914 estalla la Primera Guerra Mundial ¿Te suena hazaña de los taxis de la Marne? Gracias a madeimoselle Eiffel se interceptó un mensaje secreto por radio de un comandante alemán en el que anunciaba un ataque a Paris. Así el estado francés mandó a cientos de taxis, llenos de soldados y voluntarios que rápidamente se dirigían al frente, a frenar la inminente ofensiva. ¡Brillante labor de espionaje de la soldado de hierro francesa!

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